La experiencia artística, tanto para el espectador como para el propio artista, permite bajar el ritmo y mirar el mundo desde otra perspectiva. En definitiva, es una experiencia cercana a detener el tiempo.
La artista plástica Paula Bonet y el poeta Mario Obrero revindican este tempo propio de la pintura y la escritura, el diálogo entre las dos disciplinas y las enseñanzas que permean en la una y en la otra.
Una celebración del arte y sus disciplinas que se teje mostrando las entretelas del proceso creativo.